Cerca del pueblo de Barx, en la espalda del monte Mondúver, en el monte sagrado de Gandía (provincia de Valencia) está el único santuario reconocido del Arte Levantino prehistórico: la Cova del Parpalló.
El hallazgo más importante realizado en este santuario son varios miles de tabletas de caliza o arcilla grabadas, confeccionadas con una intención mágico-propicatoria o talismanes, que serían portados por los cazadores para asegurarse el éxito. Estas figuras, que pueden tener una antigüedad de 15.000 a 17.000 años, son una muestra del ‘naturalismo mágico’ del Paleolítico, y constituyen una figuración de gran relevancia.
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